El Ave del Paraíso (Strelitzia reginae), originaria de Sudáfrica, ejemplifica este tipo de flor. Con sus vibrantes tonos naranja y azul y su forma distintiva, se parece mucho a las plumas de un pájaro que comparte el mismo nombre.
Otro ejemplo es el Pico de Loro, conocido científicamente como Lotus berthelotii, originario de las Islas Canarias. Sus brillantes colores rojo y naranja, junto con su forma curva, le dan un parecido sorprendente con el pico de un loro.
Además de estas flores, existen muchas otras que guardan parecido con los pájaros. La flor del cerezo japonés (Prunus serrulata), por ejemplo, a menudo se compara con una bandada de pájaros en vuelo, mientras que la flor del flamenco (Anthurium andraeanum) se parece mucho a la cabeza y el cuello de un flamenco.
En general, estas flores con forma de pájaro son apreciadas no sólo por su belleza sino también por sus formas distintivas e intrigantes, que las distinguen sin esfuerzo en cualquier jardín o arreglo floral.